La cúrcuma es de la familia del jengibre, y se habla de ella como el ibuprofeno natural. Tiene un componente, la curcumina, que inhibe la producción de las prostaglandinas inflamatorias. Además, tiene propiedades antibacterianas, antifúngica y antiparasitaria. También es un importante hepatoprotector, al favorecer el vaciado de la vesícula, mejorando la digestión y los gases. A su vez mejora la circulación sanguínea y es un importante expectorante. Al cocinarla o exponerla a calor más de 15 minutos, desaparece un 80% sus propiedades, por lo que se recomienda añadirla al finalizar ese proceso. Cuando se usa en cocina no da mucho sabor, sólo un poco amargo y da un color anaranjado a la comida. Lo mejor es mezclarla con pimienta negra, que tiene propiedades analgésicas y favorece la absorción de la curcumina. En el curry están mezcladas estas dos especias, es una perfecta alternativa. Como contraindicaciones hay que tener en cuenta:
- Al tener efecto anticoagulante, no la puede tomar las personas con hemofilia
- No consumir si se tienen cálculos biliares
- Interactúa con fármacos, cuidado con antiácidos, anti-inflamatorios, diabéticos y sintrom
A las personas que puedan tomarla, les aconsejo tomarla dos o tres veces a la semana aunque no se tengan patologías o dolores inflamatorios, de forma preventiva.