¿Frío o calor?

¿Frío o calor?

Son comúnmente aplicados a zonas de dolor para aliviar molestias, reduciendo así el uso de medicación, pero muchas veces no se sabe cuándo aplicar una u otra. La aplicación de frío (crioterapia) tiene un doble efecto: cierre de los vasos sanguíneos y disminución de la temperatura local. Es usado para los esguinces, fracturas, luxaciones, tendinitis o golpes y caídas. Reduce la inflamación y calma el dolor. Es importante su uso rápido después de que ocurra la lesión (48 -72 horas). Se pondría las veces que se pueda al día durante 15 minutos, con intervalo de 4 horas entre puesta y puesta. Suele utilizarse una almohadilla congelada de gel, que se adapta bien a cualquier superficie del cuerpo. Está contraindicado si hay problemas vasculares, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales o sobre heridas. La aplicación de calor (termoterapia) tiene dos efectos: dilatación de los vasos sanguíneos y mejora de la circulación. Se usa para las contracturas musculares, siempre y cuando no exista inflamación, en las que se pondría frío las primeras 72 horas y después calor. Se identifica al notar calor en la zona. Su uso mejora la elasticidad de la zona. Se pondría 15 minutos, dejando pasar 3 – 4 horas de la vez anterior, teniendo cuidado que la zona no se enfríe rápido. Está contraindicado en cardiopatías, si se toma anticoagulantes, en inflamaciones agudas o sobre heridas.

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