En la actualidad, muchas personas pasan gran parte del día en interiores con iluminación eléctrica, demasiado tenue durante el día y demasiado brillante por la noche en comparación con los ciclos naturales.
La luz es el sincronizador más importante que tenemos, por encima de los horarios regulados por la comida e incluso de la propia rutina.
Por ese motivo, es recomendable exponernos a la luz solar a primeras horas del día, y de esta forma el cerebro regule el reloj interno y secrete las sustancias adecuadas en cada momento. Con la luz matutina, se inhibe la melatonina y se activa la serotonina, la cual influye en el estado de ánimo, el apetito, diferentes funciones cognitivas …
Además de activar la vitamina D, disminuir la presión arterial, fortalecer músculos, huesos y sistema inmunitario, equilibrar el colesterol, mejorar el estado de la piel, reducir la inflamación, mejorar la función digestiva, ayudar a dormir mejor, reducir el estrés, está demostrado que mejora la salud mental (ansiedad, depresión …)
La recomendación general para que se puedan hacer posibles estas funciones es de 30 minutos si está nublado o 10 minutos si está despejado entre las 9.00 y las 11.00.