El dolor de este músculo es una causa frecuente de consulta. Su tratamiento aislado es insuficiente, pues guarda relación con otras estructuras que es imprescindible revisar, pudiendo resumirlo en dos bloques:
1. Inervación: viene dada por el par XI o nervio accesorio, que permite la fonación (músculos de la laringe) y movilidad de cabeza y hombros (esternocleidomastoideo y trapecio). El XI sale del cráneo por el agujero rasgado posterior, por lo que comprobar la movilidad de la sutura occipito – temporal es fundamental. A su vez, relajar el esternocleidomastoideo, que se inserta en la misma sutura, ayuda a quitar tensión.
2. Hombro: cualquier disfunción de la cintura escapular aumenta la tensión del trapecio, por lo que es necesario comprobar la movilidad. Los músculos que más suelen influir son: subescapular, infraespinoso y redondos.
3. Otros de menor frecuencia en la práctica clínica son ATM (articulación temporo – mandibular) y diafragma.
Puede ocurrir, que tras revisar y tratar las estructuras descritas, ya haya desaparecido la tensión del trapecio, ya que va acumulando las tensiones de otras áreas y siempre se reflejan en él, pero en pocas ocasiones es el realmente culpable del dolor por el que acude el paciente a la consulta.