En el siglo XIX, Louis Pasteur estudió las propiedades del ajo y descubrió que puede llegar a matar a las bacterias dentro del cuerpo humano, es decir, actúa como antibiótico. La mejor manera de consumirlo es crudo, al cocinarlo pierde las propiedades. Se recomienda de 1 a 3 dientes al día. Es necesario masticarlo o machacarlo, no es aconsejable tragarlo entero. Es eficaz en la prevención y tratamiento de la ateroesclerosis, y cabe destacar las siguientes cualidades:
- Normalización de los valores de lípidos: reduce el colesterol
- Reducción de la presión arterial: es uno de los anticoagulantes naturales más potentes (efecto antitrombótico)
- Estimula el sistema inmunitario
- Antioxidante
- Expectorante
- Desintoxica de metales pesados
Su consumo está contraindicado:
- Si produce irritación o alergia
- Si hay sangrado: hemorragia, antes o después de una operación
- Puede afectar a los siguientes medicamentos: anticoagulantes (aspirina), hipertensión o corticoides. Sólo afecta al consumo en crudo, frito o hervido no ocasiona problemas
No existe evidencia de que tomarlo por la mañana en ayunas, proporcione mayores beneficios. Invito a probarlos con diversos zumos de frutas (naranja, melón o papayo), para que de esa forma no se limite a ensaladas y poder así incrementar un poco su uso culinario.